domingo, 13 de septiembre de 2009
Páramo (ecosistema)
Los páramos, también conocidos sólo como "páramo”, son ecosistemas de montaña andinos que pertenecen al Dominio Amazónico. Se ubican discontinuamente en el Neotrópico desde altitudes de aproximadamente 2900 msnm, hasta la línea de nieves perpetuas, aproximadamente 5000 msnm.
Van desde Venezuela, y Colombia hasta el norte del Perú. También existen pequeñas extensiones de páramo en Costa Rica y Panamá.[1]
En Venezuela, Colombia y el norte del Ecuador están caracterizados por la presencia de los "frailejones" que pertenecen al género Espeletia (más de 200 especies); además de los "frailejones", hay muchos géneros y especies vegetales endémicas del Páramo, y también hay vegetales de amplia distribución pero que no son los determinantes.
Dada la (pequeña) controversia que existe sobre si jalca (nombre usado para este tipo de ecosistema en el Perú) y páramo son o no la misma formación, a veces en el Perú se usa el término combinado páramo-jalca. En términos generales, si se acepta que la jalca es otra cosa que el páramo, entonces dentro de lo que se considera típicamente como páramo desde Venezuela hasta Ecuador habría tantas diferencias internas que en aras de la coherencia se necesitaría una gran cantidad de otros ecosistemas diferentes (un páramo venezolano con frailejones sobre terreno pedregoso y seco es mucho más diferente de un páramo ecuatoriano oriental húmedo, que la jalca peruana de un páramo de pajonal típico en los cuatro países).
Dada su latitud ecuatorial y gran altitud, ecosistemas similares pero con distintos nombres locales se encuentran en África oriental, en Papúa Nueva Guinea y en otras áreas netamente tropicales con montañas muy elevadas. Por lo menos en términos paisajísticos y evolutivos son muy parecidos a los páramos andinos. Las adaptaciones de las plantas a veces hacen que sea difícil, a primera vista, saber si uno está en el Monte Kenya o en un nevado colombiano, por ejemplo, aunque un análisis más detallado demuestra que la cercanía taxonómica de una y otra flora es muy limitada. Los "frailejones" africanos pertenecen a géneros como Dendrosenecio y Lobelia, a diferencia de Espeletia y géneros cercanos en América. Las historias socioeconómicas son también obviamente muy diferentes. En otras tierras altas de América más alejadas de la línea ecuatorial se forman ecosistemas como las punas al Sur (en Perú, Chile, Bolivia y Argentina) y los zacatonales al Norte (en México y Guatemala); En Europa, especialmente en España, se le conoce como páramo a un ecosistema distinto.
Extensión [editar]
Localización (en amarillo) de los páramos en América (ver Hofstede et al. (2003) en la bibliografía).
En términos absolutos, Colombia tienen la mayor extensión de páramo (en sus tres cordilleras andinas) y el páramo más grande del mundo (Sumapaz). poseyendo cerca del 50% del total de los páramos existentes.[2] Al sur de la depresión de Huancabamba, en Perú, y al norte de la Cordillera de Talamanca, en Costa Rica, el páramo da paso a la puna y al Zacatonal, respectivamente, ecosistemas más secos y estacionales, dominados por gramíneas.
En toda su extensión en Sudamérica, el páramo tiene más de 30.000 km². El país con mayor superficie de su territorio cubierta por páramos es Ecuador
Tipología [editar]
Mapa de los diferentes tipos de páramo en el Ecuador (ver Mena et al. en la bibliografía).
A pesar de que se puede hablar del páramo en toda su extensión, su diversidad es notable. Posiblemente la imagen más común de un páramo es la de un pajonal salpicado de especies arbustivas, lagunas y pantanos, con grandes nevados en el fondo. Pero el páramo de pajonal no es el único.
Especialmente en Venezuela y Colombia, pero también en la parte norte del Ecuador, los frailejones (del género Espeletia y otros cercanos) dominan claramente la vegetación. Estas grandes plantas con una roseta de hojas grandes y peludas sobre un tronco largo le dan al paisaje un aspecto único. Otros tipos de páramo tienen que ver con la precipitación: hay páramos extremadamente húmedos, especialmente los que dan hacia la vertiente amazónica de los Andes, y páramos bastante secos, como los de las faldas del Chimborazo en el Ecuador. La parte más alta de los páramos, cerca de las nieves eternas, se denomina superpáramo y está formado por un suelo rocoso cubierto escasamente por plantas muy resistentes.
La respuesta a la pregunta de cuán natural es el páramo depende del país en donde se haga la pregunta. En Colombia y Venezuela se considera que el páramo es básicamente un ecosistema natural, con escaso o muy localizado impacto humano fuerte. En el Perú y especialmente en el Ecuador se considera que mucho del páramo de pajonal, el más extenso, es producto de una acción antrópica que ha transformado bosques, matorrales y humedales en pajonales. Esto, sin embargo, no quiere decir que un pajonal sea un ecosistema necesariamente degradado y pobre.
Ecorregiones [editar]
Bajo la propuesta de ecorregiones propuesta por la WWF, existen cuatro ecorregiones de montaña delimitadas dentro de la categoría de "páramo":
Los Páramos de la Cordillera de Mérida (Cordillera de Mérida, oeste de Venezuela);
Los páramos de Santa Marta (Sierra Nevada de Santa Marta, norte de Colombia);
Los páramos norandinos (Colombia y norte y centro de Ecuador); y
Los páramos de la Cordillera Central (sur de Ecuador y norte del Perú)
Climatología [editar]
La gran altura en sitios tropicales produce un clima especial que puede resumirse en “invierno todas las noches y verano todos los días”.
La menor densidad de la capa atmosférica, común de las grandes altitudes, permite una mayor intensidad en la radiación ultravioleta y simultáneamente una mayor disiación de la energía luminica, especialmente la infrarroja, que es la principal contribución en calor para el planeta. Esto provoca, por ejemplo, que la piel humana al descubierto se quema muy fácilmente y a la vez el clima sea generalmente frío, especialmente en las madrugadas.
La estacionalidad diaria de los páramos es superficialmente parecida a la estacionalidad anual propia de latitudes templadas y polares. Una consecuencia de ella es que algunos animales, como los colibríes del Chimborazo (Oreotrochilus stella) “hibernan” durante las horas más frías. Algunos insectos, por su lado, sólo están activos en las horas del alba o del crepúsculo, cuando las radiaciones son tolerables y aún no hace demasiado frío. El particularmente inestable clima del páramo, a demás de frío, es nublado y lluvioso, aunque hay horas de sol intenso.
Geología
Los suelos de los páramos son en buena parte de origen glaciar y volcánico reciente y muchos de ellos están aún en plena formación. Su estructura especial se debe a una combinación de materia orgánica, que se descompone muy lentamente en el clima frío, con la ceniza volcánica. Esta estructura es la base para el servicio ambiental fundamental del páramo: el almacenamiento y distribución de agua limpia y constante a los sitios bajos, donde se usa para riego, agua potable e hidroelectricidad. La importancia de estos suelos y la de la vegetación que lo protege, así como de su fragilidad, son temas que han empezado a ser tratados desde varios puntos de vista y convierten al páramo en un ecosistema particularmente frágil y estratégico. En algunos lugares los suelos parameros pueden alcanzar varios metros de espesor.
Biota En general, la flora y la fauna de los páramos se ha adaptado a la estacionalidad diaria, al frío, a la baja presión atmosférica y a la escasa disponibilidad de agua. Aunque en muchos de los páramos hay abundante agua, ésta no está siempre en condiciones aprovechables por los seres vivos dada su muy baja temperatura (se ha dicho que el páramo es un “desierto fisiológico”).
A pesar de que normalmente las alturas de las montañas tienen una diversidad escasa frente a ecosistemas más bajos, el páramo tiene una cantidad sorprendente de especies, muchas de ellas endémicas. Son especialmente diversos los grupos de plantas, aves y mamíferos. Un fenómeno interesante y preocupante es la disminución o desaparición de muchas poblaciones y especies de anfibios, aparentemente debida al calentamiento global. Los reptiles están muy poco representados.
Flora Las plantas de los páramos presentan una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en un ambiente bastante hostil. Muchas tienen pelos que guardan el calor y hojas duras que evitan que se pierda agua por evapotranspiración. En general son especímenes achaparrados para protegerse del frío y el viento, aunque los frailejones (Espeletia y géneros afines) y las achupallas (Puya), a más de algunas especies de árboles, pueden alcanzar varios metros de alto. En algunos casos las adaptaciones pueden ser muy sofisticadas; en otros están prácticamente ausentes y estas especies deben aprovechar los microclimas generados por el resto de la vegetación.
Las familias de plantas más importantes son las Asteráceas (que incluyen a los frailejones), las Orquidáceas y las Poáceas o gramíneas. La especie posiblemente más ampliamente distribuida, la paja Calamagrostis intermedia, pertenece a esta última. Otras familias importantes son Apiáceas, Blecnáceas, Brasicáceas, Bromeliáceas, Campanuláceas, Ciperáceas, Dicranáceas, Driopteridáceas, Ericáceas, Eriocauláceas, Escrofulariáceas, Gentianáceas, Haloragáceas, Hipericáceas, Juncáceas, Lentibulariáceas, Licopodiáceas, Lobeliáceas, Loganiáceas, Melastomatáceas, Onagráceas, Plantagináceas, Rosáceas, Rubiáceas, Solanáceas, Violáceas y Valerianáceas. A pesar de que los árboles son en general escasos, se pueden encontrar bosquetes hasta por sobre los 4.000 metros de yahuales o queñoas (Polylepis spp.) y otras especies arbóreas como el quishuar (Buddleja incana). En toda la extensión de los páramos en Sudamérica hay más de 4.000 especies de plantas, con un 60% de endemismo ecosistémico. Algunas de ellas se han convertido en alimento común de las poblaciones humanas altoandinas, especialmente el melloco o ulluco (Ullucus tuberosus), la oca (Oxalis tuberosa) y la mashua (Tropaeolum tuberosum).
Fauna [editar]
Los animales también presentan importantes adaptaciones para guardar el calor, como pelajes densos y colores oscuros. Las adaptaciones etológicas también son comunes.
Algunos animales propios (no necesariamente exclusivos) de los páramos son el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el lobo o zorro de páramo (Pseudalopex culpaeus), el conejo (Sylvilagus brasiliensis), el gato de páramo (Felis colocolo), el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus), varias especies de roedores, el cóndor (Vultur gryphus) y varias especies de águilas, gaviotas, patos, búhos y colibríes. El sapo llamado en el Ecuador "jambato" (Atelopus ignescens) era muy abundante hasta hace pocos años pero a la fecha se puede decir que está totalmente extinto. El género de lagartijas Stenocercus es uno de los pocos representantes de los reptiles. La fauna acuática tampoco es muy diversa e incluye a las preñadillas (Astroblepus). La fauna de invertebrados aún no es bien conocida en toda la extensión de los páramos.
Oso de anteojos o andino (Tremarctos ornatus) en el zoológico de Guayllabamba (Quito, Ecuador).
Cóndor andino (Vultur gryphus).
Uso e importancia [editar]
Mellocos (Ullucus tuberosus), uno de los cultivos típicos de los páramos.
El uso que el humano ha dado a estos ecosistemas es muy antiguo y se han encontrado vestigios del mismo de cerca de 10 milenios. La gente de los páramos ha usado el ecosistema para obtener agua, alimento, medicina, leña, materiales de construcción, etc. Varios tubérculos andinos como el melloco u olluco (Ullucus tuberosus), la oca (Oxalis tuberosa) y la mashua (Tropaeolum tuberosum) son propios de las partes más altas de los Andes.
Los montes y las lagunas han sido parte fundamental de la religiosidad andina. Las épocas de la Conquista y la Colonia fueron testigos de un deterioro del ecosistema por parte de especies exóticas como ovejas, caballos y vacas. En la actualidad, los páramos están mayormente habitados y usados directamente por poblaciones campesinas y/o indígenas, en su mayor parte marginadas y en un estado de extrema pobreza. Estas personas, que constituyen una verdadera cultura paramera (en sí misma diversa a lo largo del ecosistema) que está en proceso de extinción, han vivido allí en varios casos por muchas generaciones, pero el impacto mayor se ha dado en las últimas décadas ante la mala distribución de la tierra, que obliga a estas personas a subir la frontera agrícola, quemar el pajonal, llevar sus rebaños a las alturas y usar los bosquetes para leña. Un proceso particularmente perverso parece ser la transformación de tierras parameras comunales en terrenos particulares, una de las tendencias fomentadas por el neoliberalismo y la globalización. También se han hecho plantaciones, en algunas ocasiones a nivel industrial, de especies leñosas exóticas, especialmente pinos de Monterrey (Pinus radiata), que impactan negativamente sobre el suelo y la diversidad del ecosistema. En ciertos lugares el impacto de la minería es también muy grave. Algunos páramos todavía pertenecen a haciendas anacrónicas inmensas, que mantienen una situación de gran inequidad.
Situación actual y perspectivas [editar]
Erosión eólica y sobrepastoreo en los páramos arenosos de las faldas del Chimborazo, Ecuador.
Personas de comunidades y gobiernos locales, ONGs y universidades planificando en el páramo de Rabanal, Boyacá, Colombia.
Todo esto ha hecho que los servicios ambientales fundamentales del páramo se vayan deteriorando y que la calidad de vida de la gente que depende directamente de ellos se afecte notablemente. Los usuarios indirectos del páramo son muy numerosos puesto que, como se ha explicado, los suelos especiales de este ecosistema almacenen y distribuyen agua que luego es usada para riego, agua potable e hidroelectricidad. Los suelos de los páramos son una esponja natural pero que al ser compactada no recobra sus propiedades. Las quemas y el pisoteo del ganado alteran sus propiedades y se pierde su capacidad de almacenamiento de agua. No es exagerado decir que las principales ciudades andinas, incluyendo Mérida, Bogotá, Quito y Cajamarca, dependen fundamentalmente de la salud de este ecosistema. El calentamiento global del planeta también afecta a este ecosistema y de dos maneras: por un lado, una de las fuentes del agua que almacenan y distribuyen, el deshielo de los glaciares, se ve fuertemente afectada. Por otro lado, las características de sus suelos dependen de que se mantenga una temperatura baja. Una subida en la temperatura significa que los suelos pierden su estructura particular y su capacidad hídrica.
La ciudad de Quito, Ecuador, con los páramos del Atacazo al fondo.
Sin embargo, la falta de conciencia y la carencia de políticas de conservación integral del ecosistema han hecho que este servicio ambiental y otros, como el almacenamiento de carbono en el suelo y el paisaje, estén estropeándose. Hay esfuerzos que pretenden lograr un manejo apropiado del ecosistema in situ, tratando de generar alternativas económicas en la parte baja para las poblaciones parameras, y ex situ, a través de la creación de políticas y la generación de conciencia en los niveles de toma de decisión y en la población en general. La intensificación de los cultivos en los valles y la protección de las fuentes de agua en las partes altas, junto a la introducción de hatos de camélidos andinos (que impactan mucho menos que las especies exóticas), son algunas de las medidas que se pueden tomar y que forman parte de los planes de manejo que se han diseñado y se diseñan en varios sitios de los páramos. Sin embargo, una conservación efectiva y humana del páramo sólo se logrará con cambios estructurales a niveles políticos, educativos y sociales.
Los páramos son espacios de nieblas, lloviznas y arremolineantes nubes adheridas a las rocas y al viento. Lugares encubiertos, sombríos, ignotos, donde los horizontes se multiplican y la totalidad se hace patente. El páramo reúne en torno suyo las energías de la vida y el hombre las ha vinculado siempre a sus dioses, a esas fuerzas que no acaba de entender o dominar (Josan, 1982).Los páramos son sistemas naturales complejos y variados de alta montaña, los cuales se encuentran por encima del límite superior de los bosques alto andinos. Desde el punto de vista funcional, biogeográfico y de vegetación, los páramos se clasifican en subpáramo, páramo propiamente dicho y superpáramo.
ZONAS DE PROTECCION ESPECIAL - MARCO LEGAL
Para la protección de los páramos del país se encuentran principios ambientales en la Ley 99 de 1993, la cual establece que las zonas de páramos, subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos serán de protección especial.Así mismo, el Ministerio del Medio Ambiente, a través de la Dirección Técnica de Ecosistemas, trabaja en un proyecto normativo para la protección y uso sustentable de estos ecosistemas, en el marco de los programas mejor agua y ecosistemas estratégicos de la Política Nacional Ambiental.
COMUNIDADES VEGETALES REPRESENTATIVAS DEL PARAMO DE CHINGAZAPERFIL ESQUEMATICO
Cortaderia sp.
Espeletia uribe
Breutelia lorentzii
CYPERACEAE
Hypericum prostratum
cf. Senecio andicola
Espeletia grandiflora
Calamagrostis effusa
Chusquea tesselata
Halenia asclepiadea
Puya sp.
Pentacalia ledifolia
Hypericum goyanesii
VEGETACION
En los páramos la vegetación natural dominante está representada por:Musgos: Entre estas especies se encuentran los musgos de la turba (Sphagnum spp) y el llantén de páramo (Plamtago rigida), característicos de zonas pantanosas. Pajonales o Gramíneas: Están representados por la paja ratón (Callamagrostis), carrizo (Cortadeiras), frailejón (Espeletia spp), chite (Hypericum), vira-vira (Gnaphalium spp), chusque (Chusque spp), romero de páramo (Senecio spp), gaque (Clusia spp), y cardo (Puyas). Arbóreas y arbustivas: Compuestas por mortiño (Hesperomeles spp), chilco (Baccharis spp), quiebra barriga (Pernettya spp), y encenillo (Weinmania spp).
Estas especies ayudan a la regulación y captación de agua proveniente de los procesos de condensación en ésta zona. La estructura y composición del subparamo corresponden a un mosaico de formaciones arbustivas, que también cumple una función esencial de protección, mantenimiento y recarga de acuíferos.
FAUNA
En estos ecosistemas se encuentran anfibios (familias Leptodactylidae, Dendrobatidae e Hylidae) y pequeños reptiles como lagartijas, salamandras y especies de la familia Iguanidae, Gymnophtalmidae y Analis. También están presentes mamíferos como conejos (Sylvilagus brasilliensis), comadrejas (Caluromis dervianus), curíes (Cavia sp), guagua (Agouti taczanowskii), danta de montaña (Tapirus pinchaque), venado perro (Pudu mephistophiles), venado matacán (Mazama americana) y osos (Tremactus ornatus).Entre las aves representativas se encuentran el cóndor (Vultur gryphus), el águila (Oroaetus isidori), las alondras (Anthus bogotensis), los patos (Oxyura spp y Anas), la mirla (Turdus fuscater) y colibríes, entre otras. La flora y fauna contribuyen al equilibrio especial de la dinámica del ecosistema.
IMPORTANCIA Y PROBLEMATICA
Los páramos son ecosistemas estratégicos debido a su gran potencial de almacenamiento y regulación hídrica, para abastecer acueductos, ser recargada de acuíferos y nacimiento de los principales ríos. Desde el punto de vista sociocultural, estas áreas han jugado un papel relevante respecto de la relación hombre - montaña, como lugar sagrado y de gran valor en mitos y leyendas.
Los procesos de ocupación desde la época de colonización eran temporales tanto para cacería como para agricultura. Sin embargo, la adaptación de los cultivos agrícolas extensivos y la introducción del sector pecuario se suscribe a un período reciente de 60 años.
Por otra parte, las tecnologías utilizadas, el uso inadecuado de agroquímicos y pesticidas no han tenido en cuenta la fragilidad de los páramos y ha dejado una devastadora y aún no calculada pérdida. Entre las diferentes actividades que han causado impactos sobre el ecosistema se encuentran:
Prácticas económicas productivas desde la época hispánica.
Deterioro de suelos por cultivos extensivos y su intensificación (ampliación de la frontera agrícola).
Quemas reiteradas.
Impacto de los sistemas pecuarios extensivos sobre los suelos, vegetación y fauna natural.
Procesos de ocupación (colonización indígena y campesina, ubicación de sistemas de comunicación, torres eléctricas y controles militares).
Impacto y proyección de Macroproyectos (Embalses, explotación minera).
Contaminación de humedales, acuíferos, suelo y subsuelo con agroquímicos y pesticidas.
EVITEMOS LAS QUEMAS E INCENDIOS Seamos muy cuidadosos cuando estamos en el campo, cualquier imprudencia puede ocasionar una quema o incendio. Si preparamos alimentos en el campo, asegurémonos que no quedan restos de leña o carbón encendidos. No dejemos ninguna clase de desperdicios o basuras en el bosque o en el campo, como botellas de vidrio, éstas por acción del sol pueden iniciar un incendio.
ACCIONES PARA CONSERVAR Y PROTEGER LOS PARAMOS Para conservar los páramos es necesario que las autoridades ambientales, la empresa privada y la comunidad trabajen unidos.
CONSERVEMOS LA COBERTURA VEGETAL No retiremos la vegetación que se encuentra en las zonas de páramo, especialmente el musgo, que en época navideña se utiliza para hacer pesebres y arreglos navideños. Si esto sucede promoveremos su destrucción a través del comercio ilegal.
NO UTILICEMOS LOS PARAMOS PARA ACTIVIDADES AGROPECUARIAS Evitemos la utilización de las zonas de páramo para convertirlas en potreros para mantener vacas, ovejas o caballos. Cuando se tienen muchos de estos animales en un potrero pequeño, y durante mucho tiempo esta actividad destruye la vegetación de páramo, a la cual le va ha tomar mucho tiempo en recuperarse.
LOCALIZACION
Las zonas de páramo constituyen parte de la región natural Andina o el sistema cordillerano de la zona Ecuatorial. Los páramos húmedos con presencia de frailejones existen solamente en Colombia, Ecuador y Venezuela.Colombia posee 64 por ciento a nivel mundial, es decir una extensión aproximada entre 1.135.000 y 1.800.000 hectáreas, disturbios en las cordilleras Oriental, Central y Occidental y la Sierra Nevada de Santa Marta. Representando aproximadamente dos por ciento del territorio nacional. Las principales zonas de páramo y su extensión en Colombia son el Macizo Colombiano (40.000 ha.), Sierra Nevada de Santa Marta (85.000 ha.), Sumapaz (205.000 ha.), Chingaza (50.000 ha.), las Hermosas (59.500 ha.), Santa Isabel, Tolima, Ruiz (101.900 ha.), Pisba, Cocuy (Guicán y Chita 1.120.000 ha.), Santurbán, Berlín, el Almorzadero, la Rusia, Guantiva, Betulia, Barragán, Chili, Torra, Bordoncillo, Galeras Azufral, Cruz Verde, Guerrero, Monte de Leona, Pan de Azúcar, Yaguaquer, Guasca, Gachalá, Medina, Tasares y Tatama, entre otros.
En la cordillera Central se encuentran los volcanes y una conformación de relieve abrupto, de contrastes topográficos donde los páramos se inician aproximadamente entre los 3.000 y 4.000 metros. La cordillera Oriental se considera el centro de los páramos húmedos de los Andes, con presencia de páramos entre 3.200 y 3.600 metros. En la cordillera Occidental son escasas y pequeñas las áreas de páramo; sin embargo se presentan algunos representativos cuyos límites superiores alcanza los 3.960 y 4.200 metros en Paramillo y cerro de Tamaña, respectivamente. Algunos de los páramos del país que se encuentran bajo el Sistema de Parques Naturales son los de la Sierra Nevada de Santa Marta, Sierra del Cocuy, cordillera de los Picachos, Chingaza, Sumapaz, Las Hermosas, Las Orquídeas, Parque de los Nevados, Puracé, Iguaque y Paramillo
Los páramos, también conocidos sólo como "páramo”, son ecosistemas de montaña andinos que pertenecen al Dominio Amazónico. Se ubican discontinuamente en el Neotrópico desde altitudes de aproximadamente 2900 msnm, hasta la línea de nieves perpetuas, aproximadamente 5000 msnm.
Van desde Venezuela, y Colombia hasta el norte del Perú. También existen pequeñas extensiones de páramo en Costa Rica y Panamá.[1]
En Venezuela, Colombia y el norte del Ecuador están caracterizados por la presencia de los "frailejones" que pertenecen al género Espeletia (más de 200 especies); además de los "frailejones", hay muchos géneros y especies vegetales endémicas del Páramo, y también hay vegetales de amplia distribución pero que no son los determinantes.
Dada la (pequeña) controversia que existe sobre si jalca (nombre usado para este tipo de ecosistema en el Perú) y páramo son o no la misma formación, a veces en el Perú se usa el término combinado páramo-jalca. En términos generales, si se acepta que la jalca es otra cosa que el páramo, entonces dentro de lo que se considera típicamente como páramo desde Venezuela hasta Ecuador habría tantas diferencias internas que en aras de la coherencia se necesitaría una gran cantidad de otros ecosistemas diferentes (un páramo venezolano con frailejones sobre terreno pedregoso y seco es mucho más diferente de un páramo ecuatoriano oriental húmedo, que la jalca peruana de un páramo de pajonal típico en los cuatro países).
Dada su latitud ecuatorial y gran altitud, ecosistemas similares pero con distintos nombres locales se encuentran en África oriental, en Papúa Nueva Guinea y en otras áreas netamente tropicales con montañas muy elevadas. Por lo menos en términos paisajísticos y evolutivos son muy parecidos a los páramos andinos. Las adaptaciones de las plantas a veces hacen que sea difícil, a primera vista, saber si uno está en el Monte Kenya o en un nevado colombiano, por ejemplo, aunque un análisis más detallado demuestra que la cercanía taxonómica de una y otra flora es muy limitada. Los "frailejones" africanos pertenecen a géneros como Dendrosenecio y Lobelia, a diferencia de Espeletia y géneros cercanos en América. Las historias socioeconómicas son también obviamente muy diferentes. En otras tierras altas de América más alejadas de la línea ecuatorial se forman ecosistemas como las punas al Sur (en Perú, Chile, Bolivia y Argentina) y los zacatonales al Norte (en México y Guatemala); En Europa, especialmente en España, se le conoce como páramo a un ecosistema distinto.
Extensión [editar]
Localización (en amarillo) de los páramos en América (ver Hofstede et al. (2003) en la bibliografía).
En términos absolutos, Colombia tienen la mayor extensión de páramo (en sus tres cordilleras andinas) y el páramo más grande del mundo (Sumapaz). poseyendo cerca del 50% del total de los páramos existentes.[2] Al sur de la depresión de Huancabamba, en Perú, y al norte de la Cordillera de Talamanca, en Costa Rica, el páramo da paso a la puna y al Zacatonal, respectivamente, ecosistemas más secos y estacionales, dominados por gramíneas.
En toda su extensión en Sudamérica, el páramo tiene más de 30.000 km². El país con mayor superficie de su territorio cubierta por páramos es Ecuador
Tipología [editar]
Mapa de los diferentes tipos de páramo en el Ecuador (ver Mena et al. en la bibliografía).
A pesar de que se puede hablar del páramo en toda su extensión, su diversidad es notable. Posiblemente la imagen más común de un páramo es la de un pajonal salpicado de especies arbustivas, lagunas y pantanos, con grandes nevados en el fondo. Pero el páramo de pajonal no es el único.
Especialmente en Venezuela y Colombia, pero también en la parte norte del Ecuador, los frailejones (del género Espeletia y otros cercanos) dominan claramente la vegetación. Estas grandes plantas con una roseta de hojas grandes y peludas sobre un tronco largo le dan al paisaje un aspecto único. Otros tipos de páramo tienen que ver con la precipitación: hay páramos extremadamente húmedos, especialmente los que dan hacia la vertiente amazónica de los Andes, y páramos bastante secos, como los de las faldas del Chimborazo en el Ecuador. La parte más alta de los páramos, cerca de las nieves eternas, se denomina superpáramo y está formado por un suelo rocoso cubierto escasamente por plantas muy resistentes.
La respuesta a la pregunta de cuán natural es el páramo depende del país en donde se haga la pregunta. En Colombia y Venezuela se considera que el páramo es básicamente un ecosistema natural, con escaso o muy localizado impacto humano fuerte. En el Perú y especialmente en el Ecuador se considera que mucho del páramo de pajonal, el más extenso, es producto de una acción antrópica que ha transformado bosques, matorrales y humedales en pajonales. Esto, sin embargo, no quiere decir que un pajonal sea un ecosistema necesariamente degradado y pobre.
Ecorregiones [editar]
Bajo la propuesta de ecorregiones propuesta por la WWF, existen cuatro ecorregiones de montaña delimitadas dentro de la categoría de "páramo":
Los Páramos de la Cordillera de Mérida (Cordillera de Mérida, oeste de Venezuela);
Los páramos de Santa Marta (Sierra Nevada de Santa Marta, norte de Colombia);
Los páramos norandinos (Colombia y norte y centro de Ecuador); y
Los páramos de la Cordillera Central (sur de Ecuador y norte del Perú)
Climatología [editar]
La gran altura en sitios tropicales produce un clima especial que puede resumirse en “invierno todas las noches y verano todos los días”.
La menor densidad de la capa atmosférica, común de las grandes altitudes, permite una mayor intensidad en la radiación ultravioleta y simultáneamente una mayor disiación de la energía luminica, especialmente la infrarroja, que es la principal contribución en calor para el planeta. Esto provoca, por ejemplo, que la piel humana al descubierto se quema muy fácilmente y a la vez el clima sea generalmente frío, especialmente en las madrugadas.
La estacionalidad diaria de los páramos es superficialmente parecida a la estacionalidad anual propia de latitudes templadas y polares. Una consecuencia de ella es que algunos animales, como los colibríes del Chimborazo (Oreotrochilus stella) “hibernan” durante las horas más frías. Algunos insectos, por su lado, sólo están activos en las horas del alba o del crepúsculo, cuando las radiaciones son tolerables y aún no hace demasiado frío. El particularmente inestable clima del páramo, a demás de frío, es nublado y lluvioso, aunque hay horas de sol intenso.
Geología
Los suelos de los páramos son en buena parte de origen glaciar y volcánico reciente y muchos de ellos están aún en plena formación. Su estructura especial se debe a una combinación de materia orgánica, que se descompone muy lentamente en el clima frío, con la ceniza volcánica. Esta estructura es la base para el servicio ambiental fundamental del páramo: el almacenamiento y distribución de agua limpia y constante a los sitios bajos, donde se usa para riego, agua potable e hidroelectricidad. La importancia de estos suelos y la de la vegetación que lo protege, así como de su fragilidad, son temas que han empezado a ser tratados desde varios puntos de vista y convierten al páramo en un ecosistema particularmente frágil y estratégico. En algunos lugares los suelos parameros pueden alcanzar varios metros de espesor.
Biota En general, la flora y la fauna de los páramos se ha adaptado a la estacionalidad diaria, al frío, a la baja presión atmosférica y a la escasa disponibilidad de agua. Aunque en muchos de los páramos hay abundante agua, ésta no está siempre en condiciones aprovechables por los seres vivos dada su muy baja temperatura (se ha dicho que el páramo es un “desierto fisiológico”).
A pesar de que normalmente las alturas de las montañas tienen una diversidad escasa frente a ecosistemas más bajos, el páramo tiene una cantidad sorprendente de especies, muchas de ellas endémicas. Son especialmente diversos los grupos de plantas, aves y mamíferos. Un fenómeno interesante y preocupante es la disminución o desaparición de muchas poblaciones y especies de anfibios, aparentemente debida al calentamiento global. Los reptiles están muy poco representados.
Flora Las plantas de los páramos presentan una serie de adaptaciones que les permiten sobrevivir en un ambiente bastante hostil. Muchas tienen pelos que guardan el calor y hojas duras que evitan que se pierda agua por evapotranspiración. En general son especímenes achaparrados para protegerse del frío y el viento, aunque los frailejones (Espeletia y géneros afines) y las achupallas (Puya), a más de algunas especies de árboles, pueden alcanzar varios metros de alto. En algunos casos las adaptaciones pueden ser muy sofisticadas; en otros están prácticamente ausentes y estas especies deben aprovechar los microclimas generados por el resto de la vegetación.
Las familias de plantas más importantes son las Asteráceas (que incluyen a los frailejones), las Orquidáceas y las Poáceas o gramíneas. La especie posiblemente más ampliamente distribuida, la paja Calamagrostis intermedia, pertenece a esta última. Otras familias importantes son Apiáceas, Blecnáceas, Brasicáceas, Bromeliáceas, Campanuláceas, Ciperáceas, Dicranáceas, Driopteridáceas, Ericáceas, Eriocauláceas, Escrofulariáceas, Gentianáceas, Haloragáceas, Hipericáceas, Juncáceas, Lentibulariáceas, Licopodiáceas, Lobeliáceas, Loganiáceas, Melastomatáceas, Onagráceas, Plantagináceas, Rosáceas, Rubiáceas, Solanáceas, Violáceas y Valerianáceas. A pesar de que los árboles son en general escasos, se pueden encontrar bosquetes hasta por sobre los 4.000 metros de yahuales o queñoas (Polylepis spp.) y otras especies arbóreas como el quishuar (Buddleja incana). En toda la extensión de los páramos en Sudamérica hay más de 4.000 especies de plantas, con un 60% de endemismo ecosistémico. Algunas de ellas se han convertido en alimento común de las poblaciones humanas altoandinas, especialmente el melloco o ulluco (Ullucus tuberosus), la oca (Oxalis tuberosa) y la mashua (Tropaeolum tuberosum).
Fauna [editar]
Los animales también presentan importantes adaptaciones para guardar el calor, como pelajes densos y colores oscuros. Las adaptaciones etológicas también son comunes.
Algunos animales propios (no necesariamente exclusivos) de los páramos son el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), el lobo o zorro de páramo (Pseudalopex culpaeus), el conejo (Sylvilagus brasiliensis), el gato de páramo (Felis colocolo), el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus), varias especies de roedores, el cóndor (Vultur gryphus) y varias especies de águilas, gaviotas, patos, búhos y colibríes. El sapo llamado en el Ecuador "jambato" (Atelopus ignescens) era muy abundante hasta hace pocos años pero a la fecha se puede decir que está totalmente extinto. El género de lagartijas Stenocercus es uno de los pocos representantes de los reptiles. La fauna acuática tampoco es muy diversa e incluye a las preñadillas (Astroblepus). La fauna de invertebrados aún no es bien conocida en toda la extensión de los páramos.
Oso de anteojos o andino (Tremarctos ornatus) en el zoológico de Guayllabamba (Quito, Ecuador).
Cóndor andino (Vultur gryphus).
Uso e importancia [editar]
Mellocos (Ullucus tuberosus), uno de los cultivos típicos de los páramos.
El uso que el humano ha dado a estos ecosistemas es muy antiguo y se han encontrado vestigios del mismo de cerca de 10 milenios. La gente de los páramos ha usado el ecosistema para obtener agua, alimento, medicina, leña, materiales de construcción, etc. Varios tubérculos andinos como el melloco u olluco (Ullucus tuberosus), la oca (Oxalis tuberosa) y la mashua (Tropaeolum tuberosum) son propios de las partes más altas de los Andes.
Los montes y las lagunas han sido parte fundamental de la religiosidad andina. Las épocas de la Conquista y la Colonia fueron testigos de un deterioro del ecosistema por parte de especies exóticas como ovejas, caballos y vacas. En la actualidad, los páramos están mayormente habitados y usados directamente por poblaciones campesinas y/o indígenas, en su mayor parte marginadas y en un estado de extrema pobreza. Estas personas, que constituyen una verdadera cultura paramera (en sí misma diversa a lo largo del ecosistema) que está en proceso de extinción, han vivido allí en varios casos por muchas generaciones, pero el impacto mayor se ha dado en las últimas décadas ante la mala distribución de la tierra, que obliga a estas personas a subir la frontera agrícola, quemar el pajonal, llevar sus rebaños a las alturas y usar los bosquetes para leña. Un proceso particularmente perverso parece ser la transformación de tierras parameras comunales en terrenos particulares, una de las tendencias fomentadas por el neoliberalismo y la globalización. También se han hecho plantaciones, en algunas ocasiones a nivel industrial, de especies leñosas exóticas, especialmente pinos de Monterrey (Pinus radiata), que impactan negativamente sobre el suelo y la diversidad del ecosistema. En ciertos lugares el impacto de la minería es también muy grave. Algunos páramos todavía pertenecen a haciendas anacrónicas inmensas, que mantienen una situación de gran inequidad.
Situación actual y perspectivas [editar]
Erosión eólica y sobrepastoreo en los páramos arenosos de las faldas del Chimborazo, Ecuador.
Personas de comunidades y gobiernos locales, ONGs y universidades planificando en el páramo de Rabanal, Boyacá, Colombia.
Todo esto ha hecho que los servicios ambientales fundamentales del páramo se vayan deteriorando y que la calidad de vida de la gente que depende directamente de ellos se afecte notablemente. Los usuarios indirectos del páramo son muy numerosos puesto que, como se ha explicado, los suelos especiales de este ecosistema almacenen y distribuyen agua que luego es usada para riego, agua potable e hidroelectricidad. Los suelos de los páramos son una esponja natural pero que al ser compactada no recobra sus propiedades. Las quemas y el pisoteo del ganado alteran sus propiedades y se pierde su capacidad de almacenamiento de agua. No es exagerado decir que las principales ciudades andinas, incluyendo Mérida, Bogotá, Quito y Cajamarca, dependen fundamentalmente de la salud de este ecosistema. El calentamiento global del planeta también afecta a este ecosistema y de dos maneras: por un lado, una de las fuentes del agua que almacenan y distribuyen, el deshielo de los glaciares, se ve fuertemente afectada. Por otro lado, las características de sus suelos dependen de que se mantenga una temperatura baja. Una subida en la temperatura significa que los suelos pierden su estructura particular y su capacidad hídrica.
La ciudad de Quito, Ecuador, con los páramos del Atacazo al fondo.
Sin embargo, la falta de conciencia y la carencia de políticas de conservación integral del ecosistema han hecho que este servicio ambiental y otros, como el almacenamiento de carbono en el suelo y el paisaje, estén estropeándose. Hay esfuerzos que pretenden lograr un manejo apropiado del ecosistema in situ, tratando de generar alternativas económicas en la parte baja para las poblaciones parameras, y ex situ, a través de la creación de políticas y la generación de conciencia en los niveles de toma de decisión y en la población en general. La intensificación de los cultivos en los valles y la protección de las fuentes de agua en las partes altas, junto a la introducción de hatos de camélidos andinos (que impactan mucho menos que las especies exóticas), son algunas de las medidas que se pueden tomar y que forman parte de los planes de manejo que se han diseñado y se diseñan en varios sitios de los páramos. Sin embargo, una conservación efectiva y humana del páramo sólo se logrará con cambios estructurales a niveles políticos, educativos y sociales.
Los páramos son espacios de nieblas, lloviznas y arremolineantes nubes adheridas a las rocas y al viento. Lugares encubiertos, sombríos, ignotos, donde los horizontes se multiplican y la totalidad se hace patente. El páramo reúne en torno suyo las energías de la vida y el hombre las ha vinculado siempre a sus dioses, a esas fuerzas que no acaba de entender o dominar (Josan, 1982).Los páramos son sistemas naturales complejos y variados de alta montaña, los cuales se encuentran por encima del límite superior de los bosques alto andinos. Desde el punto de vista funcional, biogeográfico y de vegetación, los páramos se clasifican en subpáramo, páramo propiamente dicho y superpáramo.
ZONAS DE PROTECCION ESPECIAL - MARCO LEGAL
Para la protección de los páramos del país se encuentran principios ambientales en la Ley 99 de 1993, la cual establece que las zonas de páramos, subpáramos, los nacimientos de agua y las zonas de recarga de acuíferos serán de protección especial.Así mismo, el Ministerio del Medio Ambiente, a través de la Dirección Técnica de Ecosistemas, trabaja en un proyecto normativo para la protección y uso sustentable de estos ecosistemas, en el marco de los programas mejor agua y ecosistemas estratégicos de la Política Nacional Ambiental.
COMUNIDADES VEGETALES REPRESENTATIVAS DEL PARAMO DE CHINGAZAPERFIL ESQUEMATICO
Cortaderia sp.
Espeletia uribe
Breutelia lorentzii
CYPERACEAE
Hypericum prostratum
cf. Senecio andicola
Espeletia grandiflora
Calamagrostis effusa
Chusquea tesselata
Halenia asclepiadea
Puya sp.
Pentacalia ledifolia
Hypericum goyanesii
VEGETACION
En los páramos la vegetación natural dominante está representada por:Musgos: Entre estas especies se encuentran los musgos de la turba (Sphagnum spp) y el llantén de páramo (Plamtago rigida), característicos de zonas pantanosas. Pajonales o Gramíneas: Están representados por la paja ratón (Callamagrostis), carrizo (Cortadeiras), frailejón (Espeletia spp), chite (Hypericum), vira-vira (Gnaphalium spp), chusque (Chusque spp), romero de páramo (Senecio spp), gaque (Clusia spp), y cardo (Puyas). Arbóreas y arbustivas: Compuestas por mortiño (Hesperomeles spp), chilco (Baccharis spp), quiebra barriga (Pernettya spp), y encenillo (Weinmania spp).
Estas especies ayudan a la regulación y captación de agua proveniente de los procesos de condensación en ésta zona. La estructura y composición del subparamo corresponden a un mosaico de formaciones arbustivas, que también cumple una función esencial de protección, mantenimiento y recarga de acuíferos.
FAUNA
En estos ecosistemas se encuentran anfibios (familias Leptodactylidae, Dendrobatidae e Hylidae) y pequeños reptiles como lagartijas, salamandras y especies de la familia Iguanidae, Gymnophtalmidae y Analis. También están presentes mamíferos como conejos (Sylvilagus brasilliensis), comadrejas (Caluromis dervianus), curíes (Cavia sp), guagua (Agouti taczanowskii), danta de montaña (Tapirus pinchaque), venado perro (Pudu mephistophiles), venado matacán (Mazama americana) y osos (Tremactus ornatus).Entre las aves representativas se encuentran el cóndor (Vultur gryphus), el águila (Oroaetus isidori), las alondras (Anthus bogotensis), los patos (Oxyura spp y Anas), la mirla (Turdus fuscater) y colibríes, entre otras. La flora y fauna contribuyen al equilibrio especial de la dinámica del ecosistema.
IMPORTANCIA Y PROBLEMATICA
Los páramos son ecosistemas estratégicos debido a su gran potencial de almacenamiento y regulación hídrica, para abastecer acueductos, ser recargada de acuíferos y nacimiento de los principales ríos. Desde el punto de vista sociocultural, estas áreas han jugado un papel relevante respecto de la relación hombre - montaña, como lugar sagrado y de gran valor en mitos y leyendas.
Los procesos de ocupación desde la época de colonización eran temporales tanto para cacería como para agricultura. Sin embargo, la adaptación de los cultivos agrícolas extensivos y la introducción del sector pecuario se suscribe a un período reciente de 60 años.
Por otra parte, las tecnologías utilizadas, el uso inadecuado de agroquímicos y pesticidas no han tenido en cuenta la fragilidad de los páramos y ha dejado una devastadora y aún no calculada pérdida. Entre las diferentes actividades que han causado impactos sobre el ecosistema se encuentran:
Prácticas económicas productivas desde la época hispánica.
Deterioro de suelos por cultivos extensivos y su intensificación (ampliación de la frontera agrícola).
Quemas reiteradas.
Impacto de los sistemas pecuarios extensivos sobre los suelos, vegetación y fauna natural.
Procesos de ocupación (colonización indígena y campesina, ubicación de sistemas de comunicación, torres eléctricas y controles militares).
Impacto y proyección de Macroproyectos (Embalses, explotación minera).
Contaminación de humedales, acuíferos, suelo y subsuelo con agroquímicos y pesticidas.
EVITEMOS LAS QUEMAS E INCENDIOS Seamos muy cuidadosos cuando estamos en el campo, cualquier imprudencia puede ocasionar una quema o incendio. Si preparamos alimentos en el campo, asegurémonos que no quedan restos de leña o carbón encendidos. No dejemos ninguna clase de desperdicios o basuras en el bosque o en el campo, como botellas de vidrio, éstas por acción del sol pueden iniciar un incendio.
ACCIONES PARA CONSERVAR Y PROTEGER LOS PARAMOS Para conservar los páramos es necesario que las autoridades ambientales, la empresa privada y la comunidad trabajen unidos.
CONSERVEMOS LA COBERTURA VEGETAL No retiremos la vegetación que se encuentra en las zonas de páramo, especialmente el musgo, que en época navideña se utiliza para hacer pesebres y arreglos navideños. Si esto sucede promoveremos su destrucción a través del comercio ilegal.
NO UTILICEMOS LOS PARAMOS PARA ACTIVIDADES AGROPECUARIAS Evitemos la utilización de las zonas de páramo para convertirlas en potreros para mantener vacas, ovejas o caballos. Cuando se tienen muchos de estos animales en un potrero pequeño, y durante mucho tiempo esta actividad destruye la vegetación de páramo, a la cual le va ha tomar mucho tiempo en recuperarse.
LOCALIZACION
Las zonas de páramo constituyen parte de la región natural Andina o el sistema cordillerano de la zona Ecuatorial. Los páramos húmedos con presencia de frailejones existen solamente en Colombia, Ecuador y Venezuela.Colombia posee 64 por ciento a nivel mundial, es decir una extensión aproximada entre 1.135.000 y 1.800.000 hectáreas, disturbios en las cordilleras Oriental, Central y Occidental y la Sierra Nevada de Santa Marta. Representando aproximadamente dos por ciento del territorio nacional. Las principales zonas de páramo y su extensión en Colombia son el Macizo Colombiano (40.000 ha.), Sierra Nevada de Santa Marta (85.000 ha.), Sumapaz (205.000 ha.), Chingaza (50.000 ha.), las Hermosas (59.500 ha.), Santa Isabel, Tolima, Ruiz (101.900 ha.), Pisba, Cocuy (Guicán y Chita 1.120.000 ha.), Santurbán, Berlín, el Almorzadero, la Rusia, Guantiva, Betulia, Barragán, Chili, Torra, Bordoncillo, Galeras Azufral, Cruz Verde, Guerrero, Monte de Leona, Pan de Azúcar, Yaguaquer, Guasca, Gachalá, Medina, Tasares y Tatama, entre otros.
En la cordillera Central se encuentran los volcanes y una conformación de relieve abrupto, de contrastes topográficos donde los páramos se inician aproximadamente entre los 3.000 y 4.000 metros. La cordillera Oriental se considera el centro de los páramos húmedos de los Andes, con presencia de páramos entre 3.200 y 3.600 metros. En la cordillera Occidental son escasas y pequeñas las áreas de páramo; sin embargo se presentan algunos representativos cuyos límites superiores alcanza los 3.960 y 4.200 metros en Paramillo y cerro de Tamaña, respectivamente. Algunos de los páramos del país que se encuentran bajo el Sistema de Parques Naturales son los de la Sierra Nevada de Santa Marta, Sierra del Cocuy, cordillera de los Picachos, Chingaza, Sumapaz, Las Hermosas, Las Orquídeas, Parque de los Nevados, Puracé, Iguaque y Paramillo
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